Tropas israelíes toman por asalto el mayor hospital de Gaza en su ofensiva contra Hamas

Tropas y tanques israelíes tomaron hoy por asalto durante varias horas el hospital más grande de la Franja de Gaza, donde cientos de médicos, pacientes y desplazados palestinos, incluidos recién nacidos, están atrapados sin electricidad y casi sin provisiones, en el marco de la ofensiva de Israel contra el movimiento islamista Hamas, mientras la Cruz Roja y la ONU expresaron su alarma por la operación.

El director de los hospitales de Gaza, doctor Mohammed Zaqout, dijo por la mañana que había tanques israelíes en el complejo del hospital Al Shifa y que soldados habían ingresado a los edificios, incluidos los departamentos de emergencia y cirugía, donde hay unidades de cuidados intensivos.

El doctor dijo a la cadena de noticias Al Jazeera que algunos soldados abrieron fuego contra personas que intentaron abandonar uno de los pasillos del hospital, donde según la ONU hay unos 2.300 médicos, pacientes y desplazados.

Horas antes, el Ejército israelí dijo en un comunicado que llevaba a cabo una operación «precisa y selectiva contra Hamas» en una zona específica del hospital separada de los lugares donde había médicos y pacientes.

La nota agregó que los soldados iban acompañados por equipos médicos y que llevaban incubadoras al hospital, donde no hay luz desde hace días.

El Ejército publicó fotos de tropas descargando equipos en el hospital, incluyendo cajas con carteles en inglés que decían «suministros médicos» y «comida para bebé».

El comunicado agregó que los soldados buscaban a combatientes de Hamas y a rehenes.

Un periodista que está dentro del hospital de Ciudad de Gaza dijo que soldados que ingresaron al amanecer palparon de armas a mujeres y niños que lloraban y que decenas de pacientes y refugiados fueron llevados a punta de pistola y con las manos en alto a un patio interior, con tanques apostados delante de unidades del complejo.

«Todos los hombres de 16 años en adelante, manos arriba y salgan de los edificios hacia el patio interior para rendirse», decían por medio de altavoces, y en árabe, los soldados israelíes a los pacientes, según el reportero, que colabora con la agencia de noticias AFP.

Al anochecer, las tropas se retiraron del complejo y retomaron posiciones en sus alrededores, luego de haber interrogado y liberado a decenas de civiles, agregó.

El hospital se ha convertido en un símbolo del sufrimiento de los civiles palestinos durante la actual escalada, que estalló el 7 de octubre cuando milicianos de Hamas se infiltraron en Israel desde Gaza y mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y se llevaron consigo a unos 240 rehenes, incluyendo a una veintena de argentinos.

Israel lanzó desde entonces bombardeos sobre el enclave palestino controlado por Hamas, donde murieron más de 11.200 personas, incluyendo unos 4.600 niños, y en las últimas semanas incursionó por tierra en la Franja, donde pidió a sus habitantes que se desplacen del norte hacia el sur.

Israel acusa a Hamas de usar a civiles como escudos humanos, en hospitales como Al Shifa y en otros lugares, mientras que los palestinos y organizaciones internacionales acusan a Israel de violar las normas internacionales de la guerra en su intento de erradicar al grupo.

Unos 1,6 millones de los 2,4 millones de gazatíes ya tuvieron que abandonar sus casas.

La ONU se manifestó «horrorizada» y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) «extremadamente preocupada» por el operativo, que fue condenado por Jordania y por el Gobierno autónomo palestino y que comenzó horas después de que Estados Unidos avalara denuncias de Israel de que Hamas tiene posiciones militares en el complejo.

«La protección de los recién nacidos, los pacientes, el personal médico y todos los civiles debe primar sobre todas las demás cuestiones», escribió

Martin Griffiths, jefe de la Oficina de la ONU para la coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), en la red social X (ex Twitter).

El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que las informaciones de una incursión militar en el Hospital Al Shifa era «preocupantes» y que el organismo perdió el contacto con el personal sanitario del recinto.

En Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu se vanaglorió del ataque al hospital y dijo que «no hay lugar en Gaza» adonde no llegue el Ejército israelí en su ofensiva.

«Nos dijeron que no llegaríamos a las afueras de la Ciudad de Gaza y lo hicimos, nos dijeron que no entraríamos a Al Shifa y lo hicimos», aseguró.

«Alcanzaremos y eliminaremos a Hamas y traeremos de regreso a los rehenes», agregó.

El sufrimiento de los cautivos, entre los que hay niños y mujeres, ha generado apoyo de la sociedad israelí a la ofensiva en Gaza, y familiares de los rehenes iniciaron ayer una marcha de Tel Aviv a Jerusalén para presionar por su liberación.

Normas del derecho internacional relativas a la guerra establecen que los hospitales deben quedar al margen de hostilidades armadas, salvo que sean usadas con fines militares, lo que puede convertirlos en blancos legítimos de eventuales ataques.

El conflicto en Gaza es «una guerra contra la existencia de los palestinos», declaró el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, cuyo gobierno autónomo controla Cisjordania, los otros territorios palestinos, que están bajo ocupación militar y colonizados por Israel.

El director general de la Oficina de Medios del Gobierno de Hamas en Gaza, Ismail al Zauabta, dijo que la operación militar israelí en Al Shifa era un «crimen de guerra».

La Casa Blanca dijo ayer que fuentes de inteligencia estadounidenses corroboraron la afirmación israelí de que Hamas y el grupo islamista Yihad Islámica cuentan con un centro de mando debajo del Hospital Al Shifa, algo que niega el grupo palestino.

El Ministerio de Salud de Gaza aseguró que 40 pacientes, incluidos tres bebés, murieron desde que el generador de emergencia de Al Shifa se quedó sin combustible. Otros 36 bebés corren el riesgo de morir porque no hay electricidad para las incubadoras.

Tras negarse a permitir la entrada de combustible a Gaza durante semanas, Israel dio un giro hoy y dejó entrar unos 24.000 litros desde Egipto por el paso fronterizo de la sureña ciudad gazatí de Rafah, dijeron autoridades.

El combustible está destinado a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), para que pueda continuar repartiendo suministros a unos 600.000 civiles refugiados en sus instalaciones en Gaza.

Thomas White, director de la Unrwa en Gaza, dijo que, por restricciones israelíes, la cantidad de combustible cuyo ingreso fue permitido equivale a «sólo el 9% de lo que necesitamos diariamente para sostener las actividades que salvan vidas».

El Cogat, el organismo de defensa israelí responsable de los asuntos civiles palestinos, dijo que la decisión de permitir el combustible se produjo a petición de Estados Unidos.

Mientras tanto, la empresa de telecomunicaciones palestina Paltel dijo que dependía de baterías para mantener en funcionamiento la red móvil y de Internet de Gaza, y que esperaba que los servicios se detuvieran en las próximas horas.

Gaza ha experimentado tres cortes de comunicaciones masivas desde el inicio de la ofensiva israelí.

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